Visita 1: Córdoba
Hola chicos/as. Este verano me decidí a realizar un viajecito para conocer mundo. Unos días antes de mi salida comencé a planificar el mismo. Se me ocurrieron multitud de lugares para perderse (playas exóticas, ciudades europeas, paisajes de montaña, etc.). Pero como era la primera vez que me enfrentaba sólo a pasar unos días lejos de mi familia y de mis amigos/as, decidí que no debía irme demasiado lejos por si mis seres queridos tuvieran que ir a rescatarme de algún peligro.
Me quedé finalmente en Andalucía. Hoy os pressentaré a Córdoba, una enigmática ciudad con aportes de las culturas romana, árabe y cristiana. Iba con la intención clara de visitar el imponente monumento de la Mezquita Catedral, (siglos VIII-XVIII) para mí una de las grandes maravillas de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. En su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana posterior.
Lo curioso de este lugar es que desde antiguo ha estado dedicado al culto de diferentes divinidades. Bajo dominación visigoda se construyó en este mismo solar la basílica de San Vicente, sobre la que se edificó, tras el pago de parte del solar, la primitiva mezquita. Esta basílica, de planta rectangular fue compartida por los cristianos y musulmanes durante un tiempo. Cuando la población musulmana fue creciendo, la basílica fue adquirida totalmente por Abderraman I y destruida para la definitiva construcción de la primera Mezquita Alhama o principal de la ciudad. En la actualidad algunos elementos constructivos del edificio visigodo se encuentran integrados en el primer tramo de Abderraman I.
La gran Mezquita consta de dos zonas diferenciadas, el patio o sahn porticado, donde se levanta el alminar (bajo la torre renacentista), única intervención de Abd al- Rahman III, y la sala de oración o haram. El espacio interior se dispone sobre un concierto de columnas y arcadas bicolores de gran efecto cromático. Cinco son las zonas en las que se divide el recinto, correspondiendo cada una de ellas a las distintas ampliaciones llevadas a cabo.
Paseando por sus calles fui encontrando otros rincones y monumentos de gran belleza y singularidad. Eché un vistazo por el Alcázar de los Reyes Cristianos (siglo XIII). Esta edificación encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica cordobesa. Restos romanos y visigodos conviven con los de origen árabe en este majestuoso solar, ya que fue lugar predilecto de los distintos gobernantes de la ciudad. Cuando en 1236 Córdoba es conquistada por Fernando III el Santo, el edificio, que formaba parte del antiguo Palacio Califal, estaba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio comienza su restauración, completada durante el reinado de Alfonso XI. A lo largo de la Historia se le ha dado múltiples usos, como Sede del Santo Oficio (Inquisición), o cárcel (en la primera mitad del siglo XIX). Sin duda, me impresionaron los magníficos jardines que se encuentran en su interior.
Seguí el recorrido que me ofrecían las murallas (muralla de la calle Cairuán, Puerta de Almodóvar) para alcanzar el barrio de la Judería, donde pude contemplar una obra única en Andalucía, su Sinagoga (siglo XIV), la tercera de las mejor conservadas de época medieval de toda España. Sirvió de templo hasta la definitiva expulsión judía. A través del patio se accede a un pequeño vestíbulo y, a la derecha de éste, suben las escaleras que dan acceso a la zona femenina. Al frente se abre la estancia principal. De planta cuadrangular, se encuentra decorada con atauriques mudéjares. El muro que soporta la tribuna de las mujeres se abre con tres arcos ornamentados con yeserías de gran belleza. En 1492 los judíos son expulsados, utilizándose el templo como hospital, siendo después ermita de San Crispín y, por último, escuela infantil. A finales del siglo XIX es declarada Monumento Nacional.
Ya estaba un poco cansado de ver tanto monumento, necesitaba un poco de respiro, quería ver algo de naturaleza. Así que puse rumbo hacia el Río Guadalquivir. Pude hacer unas bonitas fotos desde allí, aunque allá donde dirigía mi objetivo volvían a aparecer nuevos monumentos.: Puerta del Puente (originariamente formaba parte de las murallas que cercaban la ciudad), Puente Romano (levantado en el siglo I, ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de la Historia. La estructura principal data del medievo, siendo la intervención más reciente de 1876. Consta de dieciséis arcos, cuatro apuntados y el resto de medio punto), Torre de la Calahorra (torre albarrana del siglo XIII mandada a edificar por Enrique II de Trastámara) En ese momento llegué a la conclusión de que me sería imposible avistar naturaleza. Sin embargo, aguas abajo del río, ví que había una serie de islas de vegetación en el río. Pregunté a uno de los muchos visitantes que se encontraban por allí, y me dijo que se trataba de los Sotos de la Albolafia, surgidos por el material de arrastre que el río deposita en este tramo, configurando un paisaje de lo más peculiar, donde gran variedad de aves y plantas han encontrado su lugar perfecto. Tanto es así, que fue declarado Monumento Natural, creando, de esta forma, en medio de la ciudad, una verdadera reserva de flora y fauna.
Seguí paseando por las calles cordobesas. Salí del casco histórico para conocer como es la Córdoba actual y por un momento creí no estar en Córdoba cuando mis ojos tenían ante sí nada menos que una Plaza Mayor. Se trataba de la Plaza de la Corredera. El lugar donde hoy se encuentra esta plaza fue, en su día, entrada principal del anfiteatro romano. Las intervenciones arqueológicas han rescatado, de esta época, unos fabulosos mosaicos, expuestos en el Alcázar de los Reyes Cristianos. La actual disposición rectangular y porticada con arcos en su parte inferior, entronca esta construcción con las realizadas en las ciudades castellanas, lo que la constituye como única de su especie en Andalucía. Antiguamente se utilizaba como plaza de toros, conservando aún hoy una calleja llamada Toril. Después de pasar por zona de celebración de actos de fe, pregones y ejecuciones durante la Invasión Francesa, hoy puede disfrutarse de una amplia gama de cafés y bares de copas, así como de un mercado medieval en el mes de Enero.
Bueno espero que os haya gustado mi experiencia en Córdoba. Os seguiré contando mis vivencias por el ancho mundo. ¡Hasta pronto!